lunes, 27 de diciembre de 2010

La Ultima Reunión

Hacia el Concilio nos dirigíamos la noche en que recibí la carta relacionada a West Yard et Hall. El Triangulo era el lugar mas peligrosos de todo el archipiélago Caribe. En medio de este Concilio se explicaría mi caso. El Concilio se reunía una vez a la semana, siempre durante la noche. Esta reunión se realizaba en una gruta secreta localizada en Isla Pirata. La entrada a la gruta era a través del acantilado debajo del fortín de Cerro Mesa. La ruta para llegar a esta gruta solo debía ser conocida por los miembros del Concilio. Sin embargo algunos miembros de confianza teníamos conocimiento de la ubicación secreta de; aposento de reunión. Esa noche, los tres miembros del Triangulo buscaron a sus acompañantes y emprendieron el camino hacia la cueva secreta.

Silma llegaba a la gruta secreta por aire. Una vez se ocultaba el sol, la Gárgola sobreviviente del Banque de L'Europe rompía su cubierta de piedra y se levantaba de su sueno diario. El proceso de levantarse de su sueno diurno en realidad era un proceso de metamorfosis. Una vez amanecía y el sol aparecía en el horizonte, la piel y órganos internos de una gárgola se convertían en piedra. Una vez la metamorfosis ocurría, la bestia perdía total conocimiento. Durante el día, era totalmente vulnerable. Por esto, Silma hacia vigilar el acantilado donde descansaba su Gárgola con unos cien piratas. Al ocultarse el sol, la transformación comenzaba; primero los órganos internos y finalmente la piel. Tan pronto despertaba se lanzaba al acantilado y alzaba el vuelo hacia su dueña. Cuando llegaba al fortín todavía le quedaban pedazos de piel petrificada pegados sobre su cuerpo. Estos pedazos eran consumidos por los piratas para adquirir fortaleza física. Los días en que se reunía el Concilio, Silma lo esperaba de pie en el borde del acantilado. Una vez el subía volando del acantilado ella se aferraba a su cuello y volaban hacia la entrada de la cueva secreta.

Diana siempre asistía a la reunión del concilio con dos de sus seguidores; normalmente una chica y un chico. La ruta para ellos tres era mas ardua; comenzaba con la transformación licantrópica, luego saltaban del acantilado hacia el mar y finalmente escalaban la pared rocosa con sus garras hasta llegar a la entrada de la gruta. Diana cargaba en su cuello un collar que contenía cinco viales. Cada uno de estos viales contenía su sangre lupina. .Cada vial contenía aproximadamente una cucharada de su sangre. Esta era la cantidad suficiente para lograr una transfiguración licantrópica temporal de un individuo. Este individuo sin embargo debía haber sido mordido por un hombre-lobo previo a beber sangre lupina. La mordida del lobo preparaba el cuerpo humano para la transfiguración; aceleraba el metabolismo, aumentaba sus sentidos y aceleraba la regeneración de tejidos. Si el individuo no había sido mordido, antes de tomar la sangre del hombre-lobo, este no podía asimilar los efectos de la transfiguración y sufriría un muerte dolorosa. Muchos habían padecido este final; por avaricia habían tratado de robar la sangre de Diana mientras dormía y habían muerto en el intento. Cuando llegaba el día de reunión del Concilio, Diana escogía a dos de sus seguidores para emprender el viaje hacia el aposento de reunión. Como deben imaginar, ella los mordía para preparar sus cuerpos y les daba un vial con su sangre a cada uno de ellos. Ellos ingerían la sangre y su proceso de transformación comenzaba. Los escogidos para acompañar a Diana a la reunión del Concilio, eran siempre escogidos personalmente por ella al ultimo momento y nunca se les informaba los detalles de la travesía. Una vez mordidos por la mujer-lobo estos perdían la voluntad propia.

Las noches en que el Concilio se reunía, Ettie V y yo seguíamos el camino que bordea el Gran Río hasta llegar a la costa oeste de Isla Pirata. Una vez en la costa, tomábamos un bote y remábamos hacia el acantilado que protegen el fortín de Cerro Mesa. Allí, cerca de los arrecifes, amarrábamos nuestro bote y nadábamos hacia el acantilado. Escalábamos el acantilado utilizando las raíces de los arboles ficus que crecían en las paredes del acantilado. Esta era la ruta que seguíamos siempre para llegar a la gruta secreta. Nunca bajábamos hacia la gruta desde el tope de Cerro Mesa por que el acantilado era muy empinado y pedregoso. Dependiendo que tan rápido emprendiéramos nuestro viaje, lográbamos ver el salto salvaje de los tres lobos al mar o el vuelo tácito y calmado de la Gárgola. Lo que si estaba siempre claro era que Ettie V y yo eramos los últimos en llegar a la cámara de la reunión. No era para menos, nuestra ruta era la mas larga de todas.

Durante ese ultimo viaje, Ettie V y yo hablamos sobre mi intención de dejar Isla Pirata y de buscar fortuna en Isla Magna. Ella entendía que era una oportunidad única en la vida la cual no podía desperdiciar. Aun cuando esto requeriría alejarme de todas las personas que había llegado a querer en Isla Pirata. También platicamos sobre nuestra amistad. Nuestra amistad, ella me indico, duraría por toda nuestra vida natural estuviéramos cerca o no. Nuestra amistad era la única razón por la cual habíamos sobrevivido durante estos últimos meses. Me explico, que ya no existía de mi parte una deuda de vida hacia ella. Por nuestra amistad, ella había renunciado a este derecho, frente al Concilio, hacia meses atrás. En fin, era libre de seguir mi camino y ella estaba feliz que hubiera encontrado una vez mas mi norte. Ella estaba feliz por mi y yo estaba triste por tener que irme. Así continuamos hasta llegar a la entrada de la gruta.

En la entrada de la gruta encontramos a Hektor. Hektor, era el nombre de la Gárgola que acompañaba a Silma. Como siempre, estaba parado en la entrada de la gruta con sus alas recogidas las cuales le servían de cubierta. Como siempre nos asustaba con su aspecto serio y su mirada de piedra. Su apariencia pétrea continuaba aun cuando estaba en su estado despierto. Hektor solo le dirigía la palabra a Silma y evitaba todo tipo de gesto comunicativo con el resto de los piratas de Cerro Mesa. En el fondo, Hektor odiaba con todas sus fuerza a los piratas, especialmente los de Cerro Mesa. El sabia que estos mismos piratas habían destruido a sus tres hermanos durante el saqueo al edificio del Banque de L'Europe. Todo esto por las ansias de tesoro. Un tesoro que nunca encontraron ese día. Pero eso es otra historia. El esperaba con , el día en el cual la dominación del amuleto de Silma no funcionara mas. Cuando ese día llegue, había jurado que quemaría Cerro Mesa y que prepararía un gran festín con sus habitantes. final de ese día, prepararía instrumentos musicales con los esqueletos de sus victimas y quemaría sus entrañas en honor a sus hermanos caídos en La Nouvelle-Corsica. A Silma la dejaría para el final. Quería que viera como su ejercito era reducido a la nada. A veces el pensaba que no la llegaría a asesinar. Sobre todas las cosas, Silma no dejo que lo destruyeran en La Nouvelle-Corsica. Cierto que lo había esclavizado pero ya el había aprendido a amarla. Tal vez al final, cuando ese día llegue, el podría corresponderle con la misericordia de la esclavitud.

Después de encontrarnos con Hektor, pasamos a la primera cámara de la gruta. Este era un espacio cerrado con un techo de unos veinte pies de alto lleno de estalactitas . En el medio de este primer aposento había un manantial de agua cristalina. Cuando llegamos a este aposento, los tres lobos estaban bañándose en las aguas del manantial. La primera en cambiar a su estado humano fue Diana. La transformación de un lobo a humano siempre es un espectáculo maravilloso. Los huesos cambian de forma, las garras y colmillos se retractan, el pelaje se desprende del cuerpo y la piel se acomoda a su nueva forma. Una vez Diana termino su transformación, lavo su cuerpo y se vistió con una bata negra que la estaba esperando en la orilla del manantial. Diana dirigió una leve seña a sus dos discípulos y ellos empezaron a transfigurarse mientras ella los observaba. Una vez cambiaron a su forma humana, estos dos siguieron a Diana hacia el salón del concilio. Ambos continuaron desnudos. Hay algo acerca de los lobos que deben saber, les encanta estar desnudos. La desnudez les recuerda la libertad animal que poseen. Así, en plena confidencia de su libertad animal, entraban hacia el salón del Concilio.

Tan pronto los lobos entraron al salón del Concilio deje a Ettie V en el manantial. Mientras ella se preparaba para la reunión con el Concilio yo salí hacia la entrada de la gruta. Allí, junto a Hektor, espere por su llamado. Durante varios meses habíamos hecho esta misma rutina. Poco a poco, ya sabia mas sobre Hektor y sus planes futuros para Cerro Mesa, los piratas y Silma. Creo que llegamos a congeniar bastante. Su último consejo era que debía irme y abandonar Isla Pirata, así no tendría la necesidad de matarme. Esto lo afirmaba con una amable sonrisa. El entendía nuestra posición común; teníamos maestros a quien obedecer y proteger. Eramos como los lobos de Diana, lo único que teníamos una fecha de expiración mas lejana. Así continué en la entrada de la gruta junto a Hektor hasta que Ettie V vino a buscarme.

Finalmente entramos al aposento del concilio. Por fin estábamos en el Triangulo. En cada punta del Triangulo había un trono. Cada trono estaba fabricado con un material distinto. El primer trono, fabricado en piedra ónix negra, pertenecía a Diana. Este trono negro representaba el poder de la noche. El segundo trono, fabricado en oro solido, pertenecía a Silma. Este representaba el poder del día. Y el ultimo trono, fabricado en cristal, pertenecía a Ettie V. Este ultimo representaba el poder del espíritu. Cuando llegamos al Triangulo, ya Silma y Diana estaban sentadas en sus tronos esperando a Ettie V. Una vez Ettie V se sentó en su trono, los dos lobos y yo salimos del aposento del Concilio. Nuestro deber era proteger a nuestro delegado del Concilio hasta llegar a la reunión, no participar de la misma. Con nuestra salida ya la reunión podía comenzar.

El concilio duraría unas tres horas si no habían complicaciones. En estas reuniones; se resolvían conflictos entre las diferentes facciones, se determinaba los saqueos que debíamos realizar, como nos dividiríamos los despojos de guerra, que facción se quedaría a defender el fortín, y quienes participarían de los saqueos. En adición, se trataban casos como el mio. Yo deseaba que se me dejara libre de las obligaciones piratas. Esto era un tema controvertible debido a que yo era poseedor de información privilegiada sobre Cerro Mesa, La Isla Pirata y su Concilio. Esta información privilegiada podía caer en manos equivocadas si no era cuidadoso. Si alguien me reconocía podrían tratar de torturarme o chantajearme para que les proporcionara dicha información. Por estas razones, no era común que se permitiera la separación de un pirata de su casa de origen, era preferible eliminarlo. Esta iba a ser la complicación de la noche para el Concilio. De un lado, Ettie V ponía su confianza absoluta de que yo no seria una amenaza. Del otro lado, Silma entendía que no era prudente de mi parte abandonar la isla y el fortín. En el medio, Diana pensaba que era una oportunidad que no debían dejar pasar. Para ella, era hora de expandir el circulo de influencia del Concilio Pirata. Conmigo el concilio podía tener un enlace con el mundo exterior. Ella entendía, que era el momento para movernos hacia el futuro. En conclusión, ella pensaba que yo debería perseguir mi futuro pero que debería continuar como un agente infiltrado. Un agente infiltrado podía ser muy útil para los piratas. Tendríamos todo el conocimiento de una compañía de gran nombre como West Yard et Hall. Tendríamos información sobre sus buques y sus rutas. Con esta información seriamos capaces de planear nuestros próximos ataques y llenar nuestras arcas. ¿Que debían decidir?

Mientras ellas deliberaban, Hektor continuaba vigilando la entrada de la gruta, yo aprovechaba para dormir un rato y los dos lobos jugaban a cambiar de forma. Esto era típico con los lobos en su primer día. Aunque la transformación era dolorosa, la curiosidad de entender el proceso los llevaba a cambiar en repetidas ocasiones. Era irónico que esta experiencia nueva seria lo ultimo que estos chicos experimentarían. Al final de la noche su destino estaba escrito. En algún momento durante la noche serian incapaces de cambiar a lobo. La cantidad de sangre que Diana les ofreció solo duraría para una noche pero ellos pensaban que eran escogidos para igualar a su creadora. El ser un cazador aparentaba ser una buena oferta de vida pero una vez se acabara la noche estos cazadores serian la presa de una cazadora mucho mas peligrosa, su dueña. La realidad era la siguiente; mientras Ettie V y Silma se beneficiaban de tener respaldo si ocurría algún imprevisto, lo mismo no era cierto con Diana. En su forma de mujer-lobo podía enfrentar fácilmente a mas de treinta hombres armados. Su rapidez y sus reflejos aumentados no eran fáciles de comparar o superar. Por esta razón, Diana no necesitaba refuerzos. La pregunta que esta en su mente es: ¿Por que venir acompañada de dos lobos? Muy sencillo, Diana pasaría la mayoría de la noche reunida en el Concilio y no tendría tiempo para su cacería nocturna. Así que estos dos lobos iban a ser su merienda nocturna. Triste pero cierto.

Mientras pensaba acerca de los dos lobos de Diana, la reunión del Concilio termino y las tres salieron del aposento. Diana se disculpo con nosotros y pidió a sus dos acompañantes que la acompañaran al salón del Concilio. Así lo hicieron los dos ingenuos y ese fue el preludio de su final. Diana nos sonrió para luego cerrar las puertas del aposento. Luego solo se escucharon gruñidos, gritos y llantos. De momento solo sus gruñidos dominaban el ambiente. Ese fue el final de sus dos lobos.

Silma se despidió y se dirigió hacia la entrada de la gruta. Allí encontró a Hektor quien ya estaba cansado de esperar. Ella le dio un beso y el la tomo por la cintura. Así unidos saltaron hacia el acantilado, luego Hektor abrió sus alas para disminuir la velocidad de la caída para finalmente mover sus alas con fuerza y emprender el vuelo hacia a Cerro Mesa.

Ettie V me miro y me dijo las siguientes palabras; "Eres libre para seguir tu camino. No nos debes nada. Te ayudaremos para que consigas lo que buscas. Para eso estamos los hermanos. Tenemos mucho trabajo para solo dos días." Le di las gracias por su ayuda y luego salimos de la gruta y emprendimos el camino a nuestra casa desde la gruta por ultima vez. Nunca mas he vuelto a pisar la gruta donde se lleva a cabo el Concilio Pirata.

Cuando estuvimos de vuelta en casa ya era la mañana. Sentada en la mesa encontramos solo a Silma. Ya Hektor había vuelto a su sueno diurno en el risco pedregoso del acantilado. Junto a ella nos sentamos Ettie V y yo. Ella nos ofreció café pero decidimos tomar cerveza. Era muy temprano para tomar café. Mientras bebíamos, llego Diana desnuda cubierta de sangre de los pies a la cabeza. Siempre era la ultima en volver a casa y siempre en un estado fatal. Diana nos saludo mientras se limpiaba la cara con una de las toallas de la cocina. Ettie V la miro decepcionada como la miraba todas las mañanas. Y como todas las mañanas le dijo lo que le molestaba; "Otra toalla de la cocina que se va a la basura." "Es cierto que eres una mujer-lobo pero podrías tratar de llegar mas limpia a la mesa en las mañanas." Diana, Silma y yo nos miramos y empezamos a reírnos. Ettie V simplemente nos ignoro. En la mesa hablamos de lo que cada uno tenia que hacer para ayudarme a conseguir lo que deseaba. Silma debía conseguir un barco que nos llevara a Isla Magna. Diana debía ayudarme a cambiar mi identidad y apariencia de pirata. Y por ultimo, Ettie V debía ayudarme a conseguir información sobre West Yard et Hall y los buques propulsados por vapor. Mucho trabajo para solo dos días pero teníamos nuestra amistad impulsándonos. Teníamos el viento a nuestro favor.


ECJ